
La psicomotricidad tanto fina (precisión) como gruesa (movimiento corporal) posibilita al niñ@ explorar e investigar, superar y transformar situaciones de conflicto, enfrentarse a limitaciones, relacionarse con los demás, conocer y oponerse a sus miedos, proyectar sus fantasías, vivir sus sueños, desarrollar su propia iniciativa, asumir roles y disfrutar del juego en grupo, siempre expresándose con libertad.
En estas actividades los niños tienen la capacidad de usar todo su cuerpo para expresar sus ideas, sentimientos y aprendizajes.
Es a través del movimiento como el niño descubre, se comunica e interioriza el mundo que le rodea.